Periodismo mexiquense

Para ganar respeto en cargos, mujeres han tenido que masculinizarse: Azucena Cisneros

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La diputada Azucena Cisneros subrayó que aunque hay avances en leyes que garantizan la participación de las mujeres en la política, muchas han tenido que masculinizarse para ganar respeto, y lamento que en el ámbito comunitario no se reconoce la labor de las féminas, pese a que incluso muchas son las que hacen el trabajo en calle a sus esposos regidores, diputados o directores.

En dos diferentes conferencias en contexto con el Día Internacional de la Mujer, primero con el Sindicato Nacional de Cultura (SINAC) y con alumnos de la Escuela Superior de Economía del IPN, la legisladora de Morena habló sobre los retos de las mujeres en el ámbito laboral y político en una sociedad patriarcal.

Destacó que de manera particular, en el Estado de México, las mujeres no viven, sino resisten a las diferentes problemáticas en la entidad, con transporte caro y muy inseguro, y cientos de miles se ven obligadas a trasladarse a la Ciudad de México por falta de oportunidades laborales y educativas.

Cisneros recordó que en México, las mujeres han participado activamente en los movimientos que se han generado a lo largo de la historia, pero ha sido a través de movimientos sociales femeninos que se ha ido logrando el reconocimiento de los derechos humanos y políticos de la mujer.

Precisó que fue hasta 1954 cuando el presidente Adolfo Ruiz Cortines expide reformas constitucionales para otorgar plenitud a los derechos ciudadanos a la mujer y generar una competencia al interior de los partidos, y hasta 1993 los partidos promueven las participación de las mujeres, y hasta 2014 se incorpora el criterio constitucional de paridad de género, pero que se hizo realidad en las elecciones de 2018, para dar paso a la integración del Senado, Cámara de Diputados, y congresos estatales con paridad, como ocurrió por primera vez en el Estado de México.

Azucena Cisneros recordó que ha habido graves casos de violencia política Samantha Caballero, presidenta municipal electa en San Juan Bautista, Oaxaca, quien en 2016 fue injuriada, amenazada y menospreciada por síndicos y regidores, por su “incapacidad por ser mujer”, y que la población no progresaría pues no contaba con los contactos influyentes que garanticen obras en beneficio del municipio; o como Rosa Pérez, presidenta municipal de San Pedro Chenalhó, Chiapas que ganó elecciones y fue obligada a renunciar al cargo en 2016, tuvo que desplazarse de manera forzada lejos de su comunidad porque “una mujer no puede gobernar”.

Y destacó que en 2017, la excandidata de Morena a la Gubernatura del Edomex, Delfina Gómez Álvarez sufrió la mayor campaña de violencia política por parte de dirigentes del PRI y PAN, con ofensas, agresiones y campañas de memes que la ridiculizaban y discriminaban.

“Es evidente que ha sido la candidata que más a agresiones, denostaciones y violencia política ha sufrido en este país, que una candidata puede ser víctima, pero la política nunca puede estar por encima de la dignidad de las personas”.

Sin embargo, aunque ha aumentado la participación política de las mujeres, la legisladora de Morena advirtió que persiste la reproducción de prototipos, que deben enfrentarse con educación en paridad de género, igualdad en el trabajo laboral, en la vida doméstica y en la educación de los hijos.

“No ha sido fácil a pesar de los avances en leyes, erradicar una cultura en la sociedad, en el tema de la misoginia y machismo, que siguen viendo a las mujeres en los ámbitos políticos, con debilidad, falta de capacidad, y de carácter por eso, muchas veces las mujeres que hemos ocupado cargos institucionales, hemos tenido que masculinizarnos mostrando carácter y voz firme por estas cosas a las que nos enfrentamos”, advirtió.

La legisladora de Morena subrayó que tras 32 años de trabajo comunitario en Ecatepec, uno de los retos es visibilizar la labor de las mujeres en sus comunidades porque hoy no son reconocidas, “es común ver que quienes son regidores, diputados, directores, generalmente son los esposos pero quienes avanzan con la gente en la comunidad y quienes están todo el tiempo machacando el tema comunitario son las mujeres”.

Por ello, advirtió que además del avance en las leyes, la transformación debe ser desde abajo, en el ámbito cultural, y familiar, y en las instituciones de manera transversal, para que las mujeres no tengan que masculinizarse para ser respetadas, sino mostrar su propia esencia sin que sean demeritadas por ello.