CCMB Texcoco preserva identidad e historia mexiquense en «Encuentro con nuestras raíces»

El Museo del Centro Cultural Mexiquense Bicentenario (CCMB) cuenta con una exposición permanente denominada “Encuentro con nuestras raíces”, la cual incluye algunas piezas prehispánicas que dan cuenta de la riqueza histórica y cultural que dejaron los antepasados.

El acervo con el que cuenta el CCMB da muestra del esfuerzo que realiza el Gobierno del Estado de México, a través de la Secretaría de Cultura y Deporte, para preservar la historia e identidad mexiquense, la cual por el momento solo es posible conocer a través de los medios digitales.

Dentro de este recinto cultural se encuentra la sección “Nezahualcóyotl, ciudadano del mundo”, que trata acerca de la vida y obra del Rey Poeta, desde el inicio de su linaje con la llegada de Xólotl a la Cuenca de México y su asentamiento en la zona del lago de Texcoco.

En este contexto, para dar comienzo al reino de Acolhuacan, existen piezas arqueológicas que dan una mirada hacia los aspectos de organización política, religiosa, costumbres, artefactos e indumentaria.




De igual forma, este lugar guarda aproximadamente 38 piezas arqueológicas, que pertenecen a sitios circundantes a la zona oriente del lago de Texcoco.

Entre las más importantes y dignas de admirarse, destaca la escultura del Dios Ehécatl, el Dios del viento, una de las deidades cuyo culto era muy extendido entre los pueblos indígenas, ya que se consideraba uno de los creadores del quinto sol, dador del viento creador y el aliento vital para dar movimiento al mundo.

Esta emblemática figura que se encuentra en el Museo del CCMB, mide aproximadamente 80 centímetros, está labrada en piedra y tiene pendientes de gancho, joyel o pectoral de caracol cortado, el gorro cónico, atributo que posiblemente heredó de la Costa del Golfo, y máscara bucal en forma de pico de ave.

Cabe mencionar que Ehécatl también era considerado un desdoblamiento de la Serpiente Emplumada Quetzalcóatl, su imagen también se fusiona con la del cuerpo de un mono.

En ese sentido, otra de las piezas que se pueden encontrar, son las ollas tipo Tláloc, que datan de la época teotihuacana hasta las producidas en el Posclásico Tardío.

Estos recipientes de cerámica tienen la representación de los rasgos más significativos del Dios de la lluvia, círculos o anteojeras, la nariz trenzada, la bigotera y los colmillos.

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