Generales allegados al exsecretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos, comenzaron una cooperación “voluntaria” entre militares para apoyarlo económicamente en su defensa legal en Estados Unidos, la cual se considera costará entre dos y tres millones de dólares.
El objetivo de esta cooperación es limpiar la imagen del Ejército mexicano ante las acusaciones de que uno de sus generales tuvo vínculos con crimen organizado.
Aunque es la primera vez que la cooperación voluntaria se da entre generales, hay antecedentes de casos como el de Tlatlaya, Palmarito o la desaparición de los 43 de Ayotzinapa, donde personal de tropa apoyó económicamente a sus compañeros imputados por algún delito.
Para César Gutiérrez Pliego, especialista en derecho militar, las cooperaciones siempre se han dado entre los compañeos de Antigüedades (generación). “Siempre hay un presidente de la Antigüedad, (un grupo) conformado por graduados de la misma generación en el Colegio Militar, este líder junta a los integrantes y pide una coperacha para pagar los abogados”.
El tema no es ajeno para la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), que informó que como parte del espíritu de cuerpo, cuando algún compañero sufre alguna emergencia o desgracia se apoyan, ya sea económicamente o a través de apoyo moral o material, pero de la cooperación para ayudar al general Cienfuegos no tienen conocimiento.
“De la supuesta cooperación para el general Cienfuegos no tenemos conocimiento que se esté organizando”.
El pasado 15 de octubre, el general Cienfuegos Zepeda fue detenido en los Ángeles, California, en Estados Unidos, a solicitud de la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés).
El Padrino -como presuntamente se le conoce al General entre organizaciones del crimen- es el segundo elemento del Ejército de alto rango del gobierno de Enrique Peña Nieto acusado de narcotráfico.
El otro es el general Eduardo León Trauwitz, actualmente prófugo y quien es señalado por delincuencia organizada.
“El Ejército mexicano está lleno de famosas colectas, incluso desde que eres soldado raso, pero no están autorizadas como tales, incluso están prohibidas. Hay correos electrónicos y circulares donde en teoría están prohibidas, pero se llevan a cabo” señaló Gutiérrez Pliego.
El especialista comentó que nunca se había visto una colecta de un asunto de este tipo entre generales. “Hubo recientemente otra colecta de generales para el apoyo de personal de tropa y oficiales que se vieron afectados por el Covid-19, pero una colecta de este tipo no se había visto”.
Gutiérrez recalcó que, al interior de la milicia, las colectas no están autorizadas. “Hay correos circulares donde en teoría están prohibidas, pero se llevan a cabo».
A estos grupos que al interior de la Sedena promueven las «coperachas» se les conoce como «cofradías», señala el especialista en derecho militar. “El caso de Tlatlaya, donde 22 civiles fueron acribillados por militares, yo fui el abogado defensor de un oficial y personal de tropa y en el caso del general Tomás Dauahare, acusado de vínculos con la delincuencia y narcomenudeo, contrató una defensa particular, pero le tocó un sexenio donde el exsecretario Guillermo Galván no iba a permitir que tuviera un apoyo directo porque él es quien lo estaba imputando”.
No obstante, dijo, a la salida del general Galván fue el grupo de la cofradía quien se movió para que se retiraran las imputaciones en su contra “La PGR ya no lo acusó, retiraron la acusación que había en su contra porque los generales se movieron para que la imputación dejara de versar en su contra”.
Otro caso es el ocurrido en Iguala, Guerrero, con la desaparición de los 43 normalistas. “Hay un Capitán que está siendo imputado, por lo que un compañero de su antigüedad durante su paso en el Colegio Militar, en el periodo 1987-91, está haciendo una coperacha para juntar recursos para que cuando lo detengan, pueda tener una defensa al grado que desde ahorita ya hay abogados trabajando en el asunto”, señaló el experto. Apuntó que la cuota de recursos no es nueva en la comunidad militar, ya que es considerada una tradición para demostrar espíritu de cuerpo entre compañeros, y más con antigüedades y promociones que se hicieron en una carrera militar de más de 50 años en activo.