El 17 de noviembre de 2019, el Gobierno chino detectó y confirmó un caso de una ‘extraña’ enfermedad, la cual se llamaría posteriormente COVID-19: era un hombre de 55 años, que vivía en la provincia de Hubei, cuya capital es Wuhan, según mencionó este martes el South China Morning Post.
Tan solo en los últimos meses del año pasado, las autoridades chinas identificaron al menos 266 individuos con esta enfermedad y quienes recibieron atención médica.
«Algunos de los casos probablemente fueron retroactivos después de que las autoridades sanitarias hubieran analizado muestras tomadas de pacientes sospechosos. Las entrevistas con personas de la comunidad médica sugieren que los médicos chinos solo se dieron cuenta de que estaban lidiando con una nueva enfermedad a fines de diciembre», precisó el diario.
A partir de ese momento, los especialistas han investigado cómo se propagó este padecimiento, que se deriva de la nueva cepa de coronavirus llamada SARS-COV-2.
Según datos de la Universidad Johns Hopkins, este martes hay a nivel mundial 55 millones 192 mil 391 casos confirmados y un millón 330 mil 205 decesos por esta enfermedad.
Las naciones más afectadas son Estados Unidos, Brasil, India, México y Reino Unido.