Alfredo de 30 años regresaba de ir por su novia cuando delincuentes lo despojaron de su camioneta, sus padres salieron a defenderlo, pero fueron atacados a balazos y también perdieron la vida.
Alfredo, un joven tatuador de 30 años de edad, regresaba de ir por su novia cuando pasaban los autores de la masacre en Reynosa. Fue frente a su domicilio donde los delincuentes lo despojaron de su camioneta, pero antes lo arrojaron al suelo para golpearlo salvajemente.
Aterrados, sus padres salieron a tratar de defenderlo y sus hermanas detrás de ellos, pero estas últimas fueron encajueladas en uno de los autos de los criminales y los adultos mayores asesinados por la espalda.
“Mataron a mis suegros y a mi cuñado, y mi esposa y mi cuñada estuvieron encajueladas por casi una hora, ¡queremos justicia!”, Alan Cruz.