Unas 90 mil toneladas de productos perecederos, entre verduras, frutas y cárnicos frescos, enfrentan problemas para ser distribuidos en y desde 16 centrales de abasto ubicadas en el centro del país, incluida la Central de Abasto de la Ciudad de México (Ceda), como consecuencia del desabasto de gasolina.
Así lo reveló Ramiro Cavazos, dirigente de la Confederación Nacional de Agrupaciones de Comerciantes de Centros de Abasto (Conacca) en un primer balance realizado en el sector.
A su vez, la Antad aseveró que ninguna de las cadenas de supermercados afiliadas a la organización les ha reportado hasta el momento que se hayan registrado compras de pánico por parte de los consumidores.
En entrevista con La Jornada, el dirigente de la Conacca precisó que por el momento no hay escasez de alimentos frescos ni de abarrotes en las centrales de abastos porque tienen inventarios, pero sostuvo que hay problemas en el primer y último eslabón de la cadena de distribución y comercialización.
El primer eslabón son los pequeños productores agropecuarios que cuentan con camionetas pequeñas, pero que no han podido trasladar su mercancía a las centrales de abasto por la falta de gasolina y lo mismo sucede con el último eslabón, conformado por los pequeños comerciantes que se abastecen ahí para después vender a los consumidores finales en mercados, tianguis y tiendas.
El número de toneladas de alimentos atorados aumentará cada día si no se regulariza el abasto de gasolinas ya que se está creando «un tapón», dijo Cavazos.
En las centrales de abasto ha bajado el flujo de compradores a 50 por ciento y las 90 mil toneladas de alimentos están en riesgo de echarse a perder si no se restablece el reparto en dos o tres días.
Precisó que de esa cantidad, la Ceda concentra 40 mil toneladas lo que representa la mitad de sus ventas de tan sólo día ya que es el principal centro de distribución del país pues concentra 60 por ciento de la comercialización de todos los alimentos.
Al respecto, Yadira Escalable, dirigente de la Asociación de Comerciantes de la Ceda, comentó que desde ayer las cuatro gasolineras que están ubicadas dentro de esa central se quedaron sin gasolinas y diésel, por lo que se quedaron varados muchos tráilers y camiones que se abastecen ahí para llevar alimentos a otros estados del país. El servicio se restableció hoy, pero hay largas filas en esas gasolineras y otras ocho ubicadas alrededor de la Ceda.
Advirtió que aunque no hay problemas de gasolina en los estados del sur y centro del país, también pueden resultar impactados por el problema, toda vez que desde el centro se distribuye la mayoría de los alimentos. Ejemplificó que un tráiler que salía a Cancún, Quintana Roo, para repartir alimentos en los restaurantes y hoteles de la zona turística tuvo problemas para trasladarse por falta de gasolina.
El miércoles, dijo Escalante, bajó casi a la mitad el flujo de compradores en la Ceda y este día las ventas parecieron subir.
Aclaró que «no hay compras de pánico», sino que los pequeños comerciantes que van a la Ceda aprovechan para cargar «con todo lo que pueden cargar y pagar» por la escasez de la gasolina que los puede dejar sin posibilidades de abastecerse diariamente, como usualmente hacen.
El dirigente de la Conacca sostuvo que si bien no hay aumento de precios en las centrales de abasto éstos pueden darse en primer lugar en los mercados y tianguis en cuanto se terminen sus inventarios.